La última respuesta es un cuento corto del gran escritor Isaac Asimov, en este relato se cuentan las experiencias que tiene un científico justo después de su muerte.
Inicialmente desde el dolor previo a su muerte el protagonista narra como sale de su cuerpo y puede seguir viendo la escena y a sus compañeros de trabajo tratando de ayudarlo sin ningun éxito. Posteriormente se aleja del lugar hasta llegar a un punto desconocido de total oscuridad donde inicia una conversación con algún tipo de ser omnipresente. En este punto es donde se cuestiona si después de todo si existía algo después de la muerte contrario a sus convicciones cuando vivo. Trata de averiguar si este ser es un dios pero no logra obtener mayor información al respecto y continúa con la conversación hasta llegar al punto en que es obligado por este ser simplemente a pensar, algo que inebitablemente tenía que hacer ya que al no tener cuerpo no podía hacer nada más, y este ser sólo buscaba que tuviera algun pensamiento interesante con el cual entretenerse. Al fin llega a la conclusión de que este ser eterno sólo busca crear alguna criatura capaz de terminar con su existencia eterna.
A simple vista pudiera llegar a parecer que Asimov creía en la existencia de la vida después de la muerte y en algún tipo de dios, lo cual suena un poco desconcertante sobretodo sabiendo que el Doctor fue un ateo humanista durante gran parte de su vida. Sin embargo con un análisis simple de su argumento es totalmente lo contrario lo que trata de exponer, la poca posibilidad de existencia de un ser omnipresente, omnipotente y todas las demás características que le otorgan distintas denominaciones relogiosas. El punto de máxima reflexión que se da en el relato es una pregunta que parafraseada dice: ¿Que más puede buscar un ser eterno que su propia destrucción?.
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